El refrán forma parte del repertorio tradicional agudeño y viene a significar que se es capaz de realizar algo que es imposible; la alcuza o aceitera es un recipiente utilizado exclusivamente para contener el aceite de uso y, por ello, no puede destinarse a la leche.
La sentencia se adapta como un guante a la fotografía elegida, pues el tronco del que ha brotado la rama, fuerte y bien formada, se encuentra bastante podrido y parece totalmente seco; los gusanos taladradores provocaron su muerte hace ya unos años, y, en la actualidad, permanece caído, carece de raíces y apenas tiene contacto con la tierra. A pesar de ello, el retoño se ha convertido en un hermoso arbolito, aunque su futuro se estima bastante incierto, pues mantiene un difícil equilibrio sobre una base inestable y en constante deterioro que, quizá, no pueda aguantar el incremento de peso y el cimbreo producido por los vientos invernales.
Sea como fuere, es evidente que el renuevo ha sabido aprovechar la escasez de recursos que le ofrecía un espécimen aparentemente muerto; aunque recordar que se trata de una encina, la especie autóctona más abundante en el entorno, facilitaría mucho la comprensión del extraño fenómeno.