jueves, 28 de marzo de 2024

Menú tradicional de Viernes Santo en Agudo

Tres días hay en el año, que se llena bien la panza: Jueves Santo, Viernes Santo y el día de la matanza. Este conocido refrán indica, sin lugar a dudas, la importancia que ha tenido la comida de dos  días destacados de Semana Santa en la localidad. Potaje, tortilla de patatas, escabeche y natillas han sido, y continúan siendo, platos fijos del Viernes Santo, aunque en otros tiempos se repetían el Jueves Santo, pues había casas en las que también se comía “de viernes” ese día (la mía fue una de ellas).

Entre los productos utilizados destacan, sin lugar a dudas, el huevo que, en mayor o menor medida, está incluido en todas las preparaciones; huevo contienen las pellas de bacalao del potaje, la tortilla, el escabeche y las natillas. En otros tiempos, el huevo fue un alimento caro y, por ello, formó parte de casi todos los platos especiales.
        En dos elaboraciones están presentes el bacalao —potaje y escabeche— y las espinacas —potaje y tortilla—. El bacalao fue un ingrediente barato y de uso casi diario, y las espinacas fueron un producto de temporada, que solía sembrarse en las cerquillas de las casas, y solía repartirse entre familiares y conocidos en estas fechas.
        Si bien el menú de Viernes Santo siempre fue más cuidado y abundante que el de otras festividades, la cantidad y variedad de alimentos dependió, en buena medida, de la capacidad adquisitiva de las familias y de los gustos de sus integrantes; generalmente, el potaje incluía garbanzos, judías blancas, espinacas y bacalao, pues las pellas no estuvieron tan generalizadas; la tortilla podía ser de patatas sola, patatas con cebolla o patatas y espinacas; el escabeche podía incluir o no trozos de bacalao frito y las pellas solo patata o también bacalao. Menor margen para la improvisación les correspondió a las natillas, elaboradas con huevo, azúcar y harina hasta la llegada de los sobres de flanín a las tiendas.  




martes, 15 de agosto de 2023

domingo, 11 de septiembre de 2022

Nuestros refranes, 20

El cerro Postuero desde el camino de la Puente. La fotografía se tomó la víspera de la Virgen de Guadalupe mientras daban el segundo toque de la novena.
 

El refrán se lo oí a mi abuelo, que no supo darme más datos sobre esa feria de Vegas. Sabía que San Bartolomé se celebra el 24 de agosto, pero desconocía la fecha óptima recogida en el dicho.
La primera mención a la citada feria la encontré en el Interrogatorio de la Real Audiencia de Cáceres, aunque no localizo la cita, que debí trascribir en algún sitio. Tiempo después la hallé de nuevo en la publicación de Saturnino Romero Chacón, Historia de Herrera, cuyo texto reproduzco: “Había en Herrera una feria, llamada de Vegas, que no gozaba de privilegio especial alguno y se celebraba cada año el 21 de septiembre, día de San Mateo. En ella se vendían suelas, hierro, jerga, paños, telas, lino y otros productos del país (I.R.A. [Interrogatorio de la Real Audiencia])”. 
Mientras redacto este breve texto, he mirado el pronóstico del tiempo y, a lo que parece, es probable que llueva la próxima semana por lo que, cabe suponer, aún estamos a tiempo de tener un otoño en condiciones. Esperemos que se haga realidad…

domingo, 3 de julio de 2022

Nuestros refranes, 19

 


          El refrán de hoy no tiene mucho que aclarar; el ajoblanco y el gazpacho han sido, seguramente, los platos más consumidos en Agudo durante los meses de verano, ya fuera en casa, en el campo o en la era; lo mismo cabe decir respecto al melón y la sandía.


jueves, 23 de junio de 2022

Nuestros refranes, 18

 



El refrán no tiene mucho que explicar. A estas alturas del mes de junio, el trigo ya no puede adelantar con la lluvia, pues está cosechado o a punto de serlo; en cambio, esta lluvia sí consigue perjudicar mucho a las viñas, que pueden perder calidad y cantidad, además de favorecer el desarrollo de las plagas, que atacan a la planta. En cambio, sí es buena la lluvia de estos días para el olivo, pero esta especie no se recoge en el dicho.