El refrán lo aprendí de mi madre, aunque yo creía que ella no lo recordaba bien, puesto que el 13 de diciembre, festividad de Santa Lucía, los días siguen menguando hasta el solsticio de invierno, que tiene lugar entre el 20 y el 23 del mismo mes. Tiempo después me lo encontré con la misma redacción en un refranero tradicional y se me ocurrió que, seguramente, existía una explicación para ello.
A lo que parece, tiene que ver con el uso del calendario juliano, que fue distanciándose respecto al año astronómico hasta acumular un error de diez días; de este modo, el 13 de diciembre equivalía a nuestro actual 23 del mismo mes, por lo que venía a coincidir con el solsticio de invierno. La reforma del calendario se debió al papa Gregorio XIII y tuvo lugar en 1582; el nuevo calendario se denominó gregoriano y continúa vigente en la actualidad.
En cuanto al papel que esta santa representó en las festividades locales, cabe señalar que, al menos desde 1789, estaba en el retablo de la Virgen del Carmen, en la iglesia parroquial, y que fue restaurada en 1903, lo que parece evidenciar cierto desgaste por el uso. Santa Lucía ha sido festejada con hogueras en numerosos lugares de la geografía española y la primera vez que oí hablar de las hogueras de Agudo fue a mi abuelo (1900-1998), refiriéndose a ellas como las “luminarias de Santa Lucía”; quizá la santa tuvo alguna participación en el evento, aunque estuvieran más relacionadas con la Navidad.
Los datos sobre la reforma del calendario los he tomado de José Miguel Viñas www.divulgameteo.es
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